por Guiomar Cuesta Escobar, Miembro de Número de la Academia Colombiana de la Lengua
Nota del Editor: El pasado 7 de julio la Academia Colombiana de la Lengua recibió como su miembro correspondiente a la escritora y poeta afrocolombiana, Mary Grueso Romero. En esta ocasión la poeta y miembro de número de la Academia, Guiomar Cuesta, tuvo a cargo su bienvenida, presentando ante la audiencia una selección de los hitos de la afrocolombianidad, con énfasis en los aportes de estos colombianos a las letras y la poesía. Especiales párrafos ha dedicado a Mary Grueso Romero.
Por considerar que se trata de un valioso documento sobre nuestra historia literaria, publicamos en dos entregas esta magnífica investigación elaborada por la poeta y académica de la Lengua, Guiomar Cuesta Escobar.
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Señor director de la Academia Colombiana de la Lengua, Dr. Eduardo Durán Gómez, distinguidos miembros de la Junta Directiva; honorables académicos numerarios y correspondientes; amigo, Daniel Samper Pizano, colegas y a todos los afrocolombianos y afrocolombianas que hoy nos acompañan. Así como saludo de forma muy especial, al doctor Jaime Arocha, un investigador y luchador por los pueblos afrocolombianos, quien junto con Nina de Friedemann, dieron los cimientos para que Mary Grueso Romero se integre hoy como Miembro Correspondiente de esta Academia.
Deseo hoy exaltar la posesión como Miembro Correspondiente de la Academia Colombiana de la Lengua, de Mary Grueso Romero, la primera Mujer afrodescendiente que llega hoy para ser parte integral de esta importante institución. Colombia tiene una deuda con los pueblos africanos que llegaron a nuestro país como esclavos, puesto que, al escuchar hoy las palabras de nuestra nueva Miembro Correspondiente, recuperamos aquí, en la diáspora, el canto a la vida que nos legaron con sus palabras y el ritmo del tambor, como anáfora de la creación.

Hay que reconocer, como lo hizo nuestro Libertador, Simón Bolívar, que todas las palabras de nuestro lenguaje mestizo, son igualmente importantes. Puesto que a nuestro lenguaje lo habitan los fantasmas de los griots y los Orishas de las lenguas africanas. El mestizaje ha enaltecido todas las artes, dándole los ecos sonoros del tambor y de ese inconfundible ritmo afrocolombiano. Preludio de los verbos y voces que nos están permitiendo borrar esas fronteras que subsisten aún con los pueblos Afrocolombianos.
Con este gran paso que ha dado la Academia Colombiana de la Lengua, al nombrar a Mary Grueso Romero, Miembro Correspondiente de la misma, tendremos un nuevo Mapa, una nueva geografía literaria, mucho más completa y compleja, que hasta la que antes de la posesión de las maestras Bárbara Muelas y Mary Grueso, existía.
Este derecho a que la cultura afrocolombiana e indígena estén presentes en nuestra Academia, es permitir el sano ejercicio a la libertad de expresión, en todas las 1 lenguas que hacen parte integral, hoy día, de nuestro castellano. Es el respeto por los otros valores, por su arte, por su vida y por su esencia, los cuales han puesto desde hace siglos, al servicio de nuestro país.
Colombia desde la Constitución de 1991 y desde la Ley 70 de 1993, inspirada por nuestra muy querida, Nina de Friedemann, debe garantizarle a todos sus habitantes y grupos étnicos, su participación, sin discriminación alguna, en todas las manifestaciones de las artes y de la cultura. Desde ahora, todas las culturas y tendencias literarias, contarán con un espacio para hacer visible su legado, en nuestra Academia, con ese carácter pluriétnico, que pone de manifiesto la verdadera identidad de la lengua castellana.

Aquí todas las lenguas que hacen parte del castellano, respiran el mismo aire con el cual sus sílabas y sus verbos se hacen más profundos y sonoros. Este espacio de la Academia Colombiana de la Lengua comienza a ser de todos los habitantes del país, porque en ella conviven nuestras palabras y las “otras palabras heredadas de los africanos que llegaron a nuestro país, y como bien lo sabemos: La palabra es la patria, como bien reza el lema de la Academia, el cual se hace más claro y evidente. Este lenguaje afrocolombiano que hoy ingresa a la Academia, en un comienzo tuvo un choque violento, golpeó el español, lo irrespetó, para transfigurarlo y dar inicio a una nueva patria lingüística, a una más incluyente y gloriosa.
Hoy, en esta Academia Colombiana de la Lengua estamos haciendo más sólida nuestra unidad como país, al reconocer las huellas de africanía, este término de Nina Friedemann, que todos llevamos en nuestra sangre. Y, por lo tanto, reconociendo su importancia y el valor que su ritmo ha dejado en nuestra Lengua.
Con respecto a las perspectivas antropológicas en Colombia, cabe mencionar a Jaime Arocha y Nina de Friedmann como los investigadores que más han dado cuerpo, desde la antropología, a la perspectiva de la africanía, vale decir, de la búsqueda de huellas de africanía, lo que nos sirve para profundizar en el entendimiento de los discursos y las acciones del movimiento social afrocolombiano, a lo largo de su historia.
Esta posesión de Mary Grueso Romero, busca llenar este vacío que los siglos de desprecio fabricaron. Vamos a divulgar la vida y obra de los afrodescendientes a un público más amplio, reivindicando su pasado y, así, lograremos que los siglos de olvido y dolor sean útiles, para dar ese lugar de respeto que estas huellas merecen frente al mundo.
Los antecedentes de los afrodescendientes en Colombia
• 2 de junio de 1816:
Simón Bolívar decretó la libertad de los esclavos.
Hoy estaremos también haciéndole honor a Simón Bolívar y a sus ideas de avanzada, puesto que él consideraba que debíamos tener una identidad autónoma, basada en la autenticidad de nuestra raza mestiza americana.
Nos dice el Libertador:
La esclavitud es hija de las tinieblas,
un pueblo ignorante es instrumento ciego
de su propia destrucción.
Simón Bolívar
Yo imploro la Libertad absoluta de los esclavos como imploraría por mi vida
y la de la República.
Desde sus primeros albores en la campaña de la independencia, Bolívar muestra su objetividad ante lo deplorable que es la esclavitud. En su discurso ante el Congreso de Angostura, “alertó a los gobernantes reiterando que la proscripción de la esclavitud, era una de las bases fundamentales para conseguir la igualdad social bajo un Gobierno Republicano”. (1990, p. 105). Esta nueva raza que el Libertador proponía no debía permitir distinciones sociales ni raciales. Asimismo, debía solidificar la unidad entre todas las naciones del continente americano, y en especial, la de Colombia misma.

Y que decir de Manuela Sáenz cuando ella y sus negras no fueron admitidas en el Ejército Libertador, por algunos generales, quienes se oponían a que las mujeres participaran en él. Entonces ella pronuncia esta memorable frase:
Los señores generales, no nos permitieron unirnos a ustedes; tanto Jonathás como
Nathán -las dos negras que me acompañan- ellas sienten como yo
el mismo interés de hacer la lucha porque somos criollas y mulatas
y al igual que a ustedes nos pertenece la libertad de este suelo…
Manuela Sáenz
Manuela Sáenz, en su Diario de Quito, expresa su concepto sobre la independencia de España, la cual se mezcla con la condena que ella hace del sistema esclavista y racista de la Colonia, cuando afirma:
Aquí hay diferencias raciales profundas e injustas. Entonces, ¿qué íbamos a poder hablar de igualdad o fraternidad si teníamos, y tenemos, esclavos y consideramos a indios y a negros como inferiores? (Págs. 82- 84).
• 22 de enero de 1820: Se promulga un decreto que busca abolir la esclavitud.
• 21 de julio de 1821: Se sanciona la ley sobre libertad de partos, manumisión y abolición del tráfico de esclavos.
• 21 de mayo de 1851 Se firma la Ley 21 que declara la abolición de la esclavitud en Colombia, efectiva a partir del 1 de enero de 1852.
• 21 de mayo de 2002: Se establece oficialmente el Día de la Afrocolombianidad para conmemorar la lucha por la libertad y la abolición de la esclavitud.
• 1991: La Constituyente de 1991
Reconocimiento de la diversidad étnica y cultural: La Constitución de 1991 declaró a Colombia como un país pluriétnico y multicultural, reconociendo la existencia y derechos de los grupos étnicos, incluyendo a los afrocolombianos.
Derechos colectivos: Se reconocieron derechos colectivos específicos para las comunidades negras, como el derecho a la propiedad colectiva de la tierra, a la autonomía cultural y a la participación en la toma de decisiones que afecten sus territorios y cultura.
• 1993
La promulgación de la Ley 70 de 1993 o Ley de las Comunidades negras. Las investigaciones y vínculos de Nina S. de Friedemann con las comunidades negras, sirvieron de base en la redacción y promulgación de esta Ley, que visibilizó y otorgó reconocimientos jurídicos legales, territoriales y políticos, a las comunidades afrocolombianas.

Nina S. de Friedemann (1930-1998)
Fue una antropóloga pública. Ella ejerció la investigación comprometida, con miras a la justicia social para los grupos de base con quienes colaboró y estudió. Nina S. de Friedemann también es pionera en los estudios afrocolombianos y en la antropología visual. Su énfasis profesional radicó en documentar y defender las contribuciones culturales de las poblaciones negras a la identidad de una Colombia étnicamente diversa.
Jaime Arocha, 1945-
Doctor en Antropología Cultural, Columbia University, Nueva York. Investigador emérito del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación. Miembro fundador del Grupo de Estudios Afrocolombianos del Centro de Estudios Sociales, Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia. Es el antropólogo, pionero en estudios sobre afrodescendientes en Colombia, entre 1985 y 2011 fue profesor del Departamento de Antropología de esa misma universidad. Jaime Arocha ha dedicado parte de su vida académica a la reconstrucción histórica de la diáspora africana, y su permanencia cultural en Colombia.
El ingreso de la Mujer a la Academia Colombiana de la Lengua
Las primeras mujeres en ingresar a la Academia fueron:
• 1978
Dora Castellanos es la primera Mujer que ingresa a la Academia Colombiana de la Lengua, como Miembro Correspondiente.
• 1982
Elisa Mújica es elegida Miembro Correspondiente de la Academia Colombiana de la Lengua.
• 1984
Elisa Mújica fue la primera mujer elegida Miembro de Número de nuestra Academia.
• 1989
Meira Delmar fue elegida Miembro Correspondiente de la Academia Colombiana de la Lengua.
• 1991
Maruja Vieira es elegida Miembro Correspondiente de la Academia Colombiana de la Lengua.
• 2025
Hoy día 33 mujeres hacemos parte de la Academia Colombiana de la Lengua, incluyendo a una mujer indígena, Bárbara Muelas, y a una mujer afrocolombiana, Mary Grueso Romero, quien hoy se está posesionando.
7 Académicas Honorarias
18 Académicas Correspondientes
8 Académicas de Número
El 9 de diciembre de 2024, la Academia Colombiana de la Lengua nombró a 12 nuevos miembros correspondientes, quienes, tras ser votados por los miembros numerarios, fueron elegidos para integrar la corporación más antigua de las veintitrés instituciones de la Real Academia Española. De esos 12 miembros, 7 fueron mujeres. Por primera vez, elegimos más mujeres que hombres.
• 1986
El Encuentro de Poetas Colombianas del Museo Rayo le entrega la carta de ciudadanía poética a las mujeres Afrocolombianas:
En 1984, Águeda Pizarro Rayo, hace 41 años creó el Encuentro de Poetas Colombianas del Museo Rayo, para escuchar todas las voces, las conocidas y desconocidas, mujeres de todos los rincones del país y de todas las condiciones sociales que se iniciaban en el difícil arte de la poesía. El Encuentro se ha convertido en una fraternidad revolucionaria.
En el Tercer Encuentro, llega la poeta afrocolombiana, María Teresa Ramírez, con su arrollador estilo. Allí nacen en la palabra, las Mujeres Afrocolombianas para la poesía. En este momento reciben una credencial como ciudadanas y poetas de un país, mucho más amplio y multicultural. Luego llegan Elcina Valencia y Lucrecia Panchano, y Mary Grueso Romero.
Esta credencial de Poetas colombianas, se la entrega la directora del Encuentro de Poetas del Museo Rayo, Águeda Pizarro, quien hoy hace parte de esta Academia. Con el mestizaje de nuestras etnias y de nuestra lengua, Colombia se ha enriquecido y hoy venimos a exaltar este verbo africano que todo lo resignifica y lo transforma.
Según las palabras de la poeta Águeda Pizarro, las poetas afro hicieron descender en sus voces, la llama de un Pentecostés por el cual todas acabamos hablando en su lengua. Entonces se hizo realidad su participación plena y activa en la poesía de las mujeres colombianas, que hasta ese momento nunca habían sido escuchadas, ni contaban con un espacio que les fuera propio. Se había iniciado un diálogo y una hermandad, donde la creatividad de cada participante crece en un ambiente de respeto y de apoyo, que generaría el deseo de estudiarnos y compartir los descubrimientos que hacíamos, en la obra de cada poeta que habíamos escuchado.

Las Ediciones Embalaje del Encuentro de Poetas Colombianas del Museo Rayo, publica a las poetas afrocolombianas a partir de 1988, con la presentación del libro de la poeta María Teresa Ramírez Nieve, La noche de mi piel. En 1989 las Ediciones Embalaje le publican a la poeta, Ana Milena Lucumí, su libro: Lunamar. Y en 1992, Ediciones Embalaje edita: Todos somos culpables, de la poeta afrocolombiana, María Elcina Valencia Córdoba. Y a la poeta, Mary Grueso Romero, le ha publicado varios libros de poemas.
• 1993
Se inicia la institución de las Almadres, en el Encuentro de Poetas Colombianas. Alma y Madres de nuestros Encuentros, mujeres excepcionales quienes, sobreponiéndose a todas las soledades, nos han entregado un pensamiento poético luminoso, faro para nuestra poesía. Como lo descubrimos en nuestra Antología: Poesía Colombiana del Siglo XX escrita por mujeres Tomo 1, y como lo ratifica Alejandra Toro Murillo, en su libro: “Encontrar un lugar y una voz”, estas mujeres encontraron su voz por fuera del canon poético colombiano, legitimando su obra en el terreno de la palabra misma, y esta búsqueda las llevó a alcanzar un nivel de Posmodernidad con su poesía, puesto que hallaron su propio lenguaje y su propio “yo” poético. Entonces el poema fue un espacio de Igualdad y de nivelación de la diferencia, que demandaba el reconocimiento de su Singularidad y Diversidad, como tal y no como inferioridad. (Pág. 231)
Estamos hablando de un grupo importante de poetas mujeres, dentro de las cuales están nuestras tres Miembros de la Academia de la Lengua, cuyos retratos están en esta sala: Maruja Vieira, Dora Castellanos y Meira Delmar.
(continuará…)