En la foto, Mary Grueso y Águeda Pizarro. Esta última gran promotora de la poesía afrocolombiana
por Guiomar Cuesta Escobar, Miembro de Número de la Academia Colombiana de la Lengua
Segunda y última entrega de la investigación realizada por la académica Guiomar Cuesta Escobar sobre la afrocolombianidad, en las letras y la poesía. Trabajo presentado en la Academia Colombiana de la Lengua, al recibir como miembro correspondiente a la poeta licenciada en español y literatura, Mary Grueso Romero.
Veamos:
Las Almanegras
• 2007
Así estaban las cosas, cuando Águeda, empeñada en derribar nuevos muros, les dio la bienvenida a las Almanegras. En esta forma empezó a saldar una deuda con la literatura afro en Colombia. Rica como la selva, pero tremendamente ignorada y limitada a algunos pocos nombres, masculinos, claro, como Candelario Obeso, Helcías Martán Góngora y Jorge Artel. ¿Y las mujeres?
Con este nombre de Almanegras, Águeda Pizarro bautizó a las poetas afrocolombianas más significativas cuya obra es excelente. Son cuatro y a todas, además de su pasión por la poesía, las une el oficio de la docencia: Lucrecia Panchano, Elcina Valencia Córdoba, Mary Grueso Romero y María Teresa Ramírez Nieva. Lo de Almanegras fue la manera de ponerlas al nivel de las Almadres, grupo inolvidable comandado por dos desaparecidas poetas, la barranquillera Meira Delmar y la caucana, Matilde Espinosa. Para Águeda, la presencia de la mujer negra en el Encuentro de Roldanillo, es la certeza de dos cosas: La fuerza incontenible de su poesía y la falta de comprensión de su alcance e importancia en la literatura colombiana.

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Pasemos ahora a hablar de los méritos de nuestra nueva Miembro Correspondiente de esta Academia.
Mary Grueso Romero fue Condecorada con la Distinción al Mérito Cívico: Don Pascual de Andagoya, por la Alcaldía Distrital de Buenaventura, distinción creada a través del Decreto No. 134, del 16 de mayo de 2.006, para honrar la memoria de este Licenciado español, fundador de la ciudad. En el marco de la Celebración del Primer Centenario de la Creación del Departamento del Valle, el 16 de abril de 2010, fue reconocida como Hija Adoptiva del Valle del Cauca, por estar vinculada a la Cultura de Buenaventura y de todo el departamento, desde hacía más de 30 años.
La Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer, de la República de Colombia, y la Cámara de Comercio de Cali, la Condecoraron en el 2010, como Una de las 100 Mujeres más destacadas del Siglo XX, en el Valle del Cauca. Y el Ministerio de Cultura, le otorgó el Premio vida y obra, por su Dedicación al enriquecimiento de la 9 Cultura ancestral de las Comunidades Negras, Raizales, Palenqueras y Afrocolombianas, Bogotá, 2012.
El 30 de septiembre de 2021, en el marco de la adhesión a la Alianza Internacional conformada por Canadá, Inglaterra, México, Argentina, Colombia, E.E.U.U y España, acordaron otorgar la máxima distinción internacional: El doctorado Honoris Causa a Mary Grueso Romero, por sus significativos aportes en el campo de la literatura.
• 2002
Nace Apidama Ediciones. Editorial fundada por Alfredo Ocampo Zamorano y Guiomar Cuesta Escobar. La creamos por la necesidad de publicar los libros de poemas de las Mujeres colombianas.

Asisto al Encuentro de Poetas Colombianas, desde el Tercer Encuentro y he participado activamente, desde entonces. Por eso puedo dar fe de todo lo que he dicho sobre este Encuentro. Alfredo y yo vivimos en Kigali, África, en el 2007, Alfredo como asesor de la Universidad de Tulane, pudo hacer una gran labor. Entonces nos compenetrarnos con la poesía y con la historia del África, y nos hicimos la misma pregunta que se hizo Laurence E. Prescott, en un artículo publicado en América Negra (Nº 12: 1996, Págs. 107-125) donde expresa que es notoria la fama que goza Colombia de ser “tierra de poetas, de literatos y de oradores”, formando parte de esta tradición, incluso hombres que han llegado a ser presidentes de la república. No es extraño, pues, que la población negra, que constituye una parte integrante de la cultura y de la sociedad [una cuarta parte], haya sido elemento activo en esta tradición… Con razón uno puede preguntarse, ¿y no ha participado la mujer negra en la producción literaria afro-colombiana? ¿Ha tenido ella que enfrentar problemas diferentes de los que combaten los hombres negros y blancos?
• 2008 y 2010
El resultado de esa estadía en Kigali y luego en Nairobi, fue la publicación en Apidama Ediciones de su primera Antología: ¡Negras Somos! Antología de 21 Mujeres Poetas afrocolombianas, y luego en el 2010, el Ministerio de Cultura nos publica en una hermosa Caja: La Biblioteca de Escritores Afrocolombianos, nuestra segunda selección: Antología de Mujeres Poetas Afrocolombianas, la cual comprendía todas las poetas afrodescendientes de nuestro país, y con ellas pretendimos, por una parte, llenar un vacío en lo que respecta a la presencia de poetas afrodescendientes, en la producción literaria colombiana. Y por otra, 10 consideramos el gran impacto, no solo continental sino también global, ante el hecho que, en Colombia, se estaba presentando un verdadero renacimiento poético, con una masa crítica de magníficas poetas colombianas, profesionales en su oficio, con una procedencia étnica africana común.
Nos dice Doris Lamus (2010) que existe una negación consciente del racismo en Colombia, debido al surgimiento del reconocimiento y respeto a la diversidad -también conocido como multiculturalismo- que, unido con el sexismo, trae consigo una prolongación de la violencia, la cual se evidencia en la pobreza, la guerra y el desplazamiento forzado que afecta especialmente, a las mujeres afrodescendientes y sus comunidades. La autora asegura que el racismo sigue en pie, aunque ahora funciona de forma encubierta y sutil, a través de lenguajes y actitudes asumidas como “racismo daltónico”. Según Eduardo Bonilla-Silva (2003), este tipo de racismo es aquel que no menciona de forma directa el color de piel, pero establece creencias, discursos y prácticas discriminatorias relacionadas con la raza. Pág. 192.
Con Mary Grueso Romero se demuestra cómo ni la poesía, ni la ciencia, ni ningún área de la creatividad y del conocimiento humano, es posesión exclusiva de un solo país, ni de un solo género. Ni es exclusividad de un solo grupo étnico, o de una sola clase o estrato socioeconómico. Con la fuerza de su presencia, con sus poemas, con sus presentaciones en diversos foros, esta poeta afrocolombiana nos está dando una lección muy importante, la cual debemos tener en cuenta y destacar ante toda Colombia, como también fuera de nuestro país. Mary desciende de una familia de esclavos, lo cual deja muy claro en sus poemas y en toda su obra, los cuales se han convertido en un manifiesto de libertad y reivindicación.

Es importante destacar la influencia del África sobre el arte moderno occidental. El encuentro con el ritmo de la poesía afrocolombiana, es una catarsis en su búsqueda por la liberación del imaginario que renueva las formas a través del ritmo. Este ritmo está presente en la vida y en la obra de Mary Grueso Romero, en su mismo andar armónico y flexible, en sus costumbres. Cuando analizamos el papel de la Mujer negra en la historia de nuestro país, hacemos visibles la presencia, tanto de hombres como de mujeres de ascendencia africana, quienes han contribuido a la construcción de nuestra nación y de nuestra nacionalidad. (Pág. 32).
Aunque los esclavos negros llegaron desprovistos de sus trajes, armas, y herramientas, desposeídos de sus instrumentos musicales y bienes terrenales, trajeron con ellos imágenes de sus dioses, recuerdos de los cuentos de los abuelos, ritmos de sus canciones, poesías y sobre todo nos trajeron su tambor. Quizá también, memorias de linajes o de sus familias extendidas, así como de otras representaciones icónicas. A este bagaje cultural, transformado creativamente, es a lo largo de los siglos, es lo que Nina S. Friedemann llamó, huellas de africanía. (Pág. 35).
Las sociedades africanas, y en especial las de la parte occidental, participaban de un “sustratum cultural común”, a partir del cual las manifestaciones culturales específicas de cada grupo constituirían variantes locales establecidas sobre una profunda unidad colectiva. Así, la aproximación a los problemas de la evolución de las culturas afroamericanas, debía asumir la importancia de las reelaboraciones creadas a partir de dichos patrones “sutiles y casi inconscientes” de ritmos, valores y creencias. (Págs. 36 y 37).
El Ritmo Anfíbraco en la poesía de las Mujeres Afrocolombianas, el gran aporte a la poesía castellana
La primera investigación que hicimos con el poeta Alfredo Ocampo Zamorano sobre las poetas afrodescendientes de nuestro país, dio como resultado, como ya lo dije: ¡Negras Somos!, Antología de 21 poetas afrocolombianas de la Región Pacífica, presentada en la Feria del Libro del Pacífico de la Universidad del Valle en octubre del 2008. La segunda fue: Antología de Mujeres Poetas Afrocolombianas. Biblioteca de Literatura Afrocolombiana. Tomo XVI. Publicada porMinisterio de Cultura en Bogotá, en el 2010. De esta Caja la Ministra de Cultura publicó 4.200 ejemplares, los cuales distribuyó dentro y fuera de Colombia.

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Las poetas estudiadas en nuestras dos Antologías, no sólo recogen la tradición de la poesía que heredaron de sus vertientes africanas, trasmitida en forma oral y musical, sino que establecen una nueva perspectiva poética con su dicción, con su intención, con su transignificación. Estas poetas están renovando y transformando con su obra, el viejo canon poético de nuestro país.
Como dice el poeta senegalés Léopold Sédar Senghor, el ritmo es para el africano, la arquitectura del ser, la dinámica interior que le da forma, la pura expresión de la energía vital… a través de acentos en la poesía y en la música. Hasta el punto de 12 afirmarse que la palabra rítmica divina creó el mundo. Por ello prima el arte poético africano sobre el plástico, como arte puro y en el poema el metro es rítmico. El ritmo de los pies sobre el tablado sigue al tambor. El sonido de los tambores es lenguaje, o sea “nommo”, y de forma preferencial, es la palabra de los antepasados, quienes hablan a través de dicho tambor. (Págs. 145 y 146). (2)
Los tambores “dicen” la palabra hechicera, que convoca a un determinado danzante para ser poseído por alguno de los dioses. En la poesía, enmarcada en la polimetría o en la polirritmia, aparece como una arquitectura, una fórmula matemática, que se basa en una unidad, en la multiplicidad. De modo análogo a los tambores forman ritmos secundarios de lenguaje, según Senghor, que descansan en aliteraciones, paranomasias y anáforas, en repeticiones de fonemas y sonidos que fortalecen el efecto de la totalidad, por eso está incompleta sino está acompañada, al menos por un instrumento de percusión como el tambor. Antiguamente toda narración contenía un fuerte ritmo y era, por lo tanto, poesía. (Pág. 146).
Del análisis de los poemas realizado en nuestras dos Antologías, hacemos la siguiente propuesta: La preponderancia del ritmo Anfíbraco (ta TA ta), el cual representa un nuevo y muy importante aporte de la dicción afro a la poesía castellana. Y en todas las combinaciones reconocidas en la poética tradicional castellana, no aparece en ninguna de ellas el Anfíbraco. Mientras se escucha cómo el Anfíbraco, bien repitiéndose, bien en combinación con otros ritmos como el yámbico, o el trocaico, tiene una especial importancia en los poemas de Mary Grueso Romero.
Consideramos que gran parte del ritmo que, como formulamos, caracteriza y revoluciona la poética multicultural colombiana, se viene trasmitiendo a través de la música y del canto de la Región Caribe y de la Región del Pacífico, al igual que a través de la poesía de las Mujeres Poetas afrocolombianas. Y en esta forma hoy exaltamos la obra poética de Mary Grueso Romero, donde el Anfíbraco juega un papel preponderante.
Este ritmo Anfíbraco es producto del tambor que siempre acompañará toda la obra de nuestro poeta Mary Grueso, puesto que en al hablar del arte de los griots debemos referirnos especialmente al uso de tambores. Y en lugares como en la aldea de Kaone, antigua capital de Saloum, se utiliza un tipo de tambor como herramienta fundamental de los griots en tiempos de guerra, exaltando a los guerreros que han sido notables. (Pág. 235 y 236).

Ya que todo este ritmo se involucra y nace en el lenguaje y pronunciación de su gente y de su propia identidad, en la utilización de la onomatopeya y palabras musicales inventadas, y en sonidos ricos en sensualidad y de percusión propias y naturales, que nacen de lo profundo del ser y que llevan a la armonía del ancestro africano, trasladado al Nuevo Mundo. A partir de esta Antología y con descubrimiento del Ritmo Anfíbraco en la poesía afrocolombiana, empiezan los análisis sobre dicho ritmo en la poesía de las Mujeres Poetas afrocolombianas. Comenzando con los excelentes estudios de dos críticas colombianas muy importantes: Betty Osorio y María Mercedes Jaramillo. Son muchos los trabajos y las tesis de grado que se han hecho sobre Mary Grueso Romero y sobre María Teresa Ramírez Nieva.
• 2012
El Ministerio de Educación Nacional de Colombia y Fundalectura, le compran a Apidama Ediciones, 20.000 ejemplares de cada una de sus dos Antologías de poetas mujeres afrocolombianas, y del libro de María Teresa Ramírez, poeta afrocolombiana: Mabungú Triunfo. Poemas bilingües español- palenquero.
• 2013 y 2014
Publicación en Apidama Ediciones de dos tomos de la Antología: Poesía Colombiana del Siglo XX escrita por Mujeres. Tomo 1. Poetas nacidas hasta 1949. Tomo 2. Poetas nacidas de 1950 a 1987.
La Antología, Poesía Colombiana del Siglo XX escrita por Mujeres. Tomo 1. Poetas nacidas hasta 1940 y el Tomo 2, nacidas de 1950 a 1987, son hasta el momento, las más completas publicadas en Colombia, sobre sus mujeres poetas, puesto que en ella se incluyen a todas las poetas de nuestro país, incluyendo las afrocolombianas. Y no por ausencia de talento y producción poética, como podrán darse cuenta por las conclusiones de este libro, que publicó Apidama Ediciones, en abril de 2013 y en abril de 2014. Es por la falta de reconocimiento y aceptación de la Mujer como poeta. Porque a pesar de los avances para ella, en tantas áreas del conocimiento, así como su participación laboral en cargos directivos de alto rango, en las antologías de poesía, a lo largo del siglo XX, no habían sido incluidas sino unas muy pocas.
• 2015
Apidama Ediciones fue ganadora de la publicación en la Serie Cuadernos de Humanidades, del ensayo: Las poetas afrocolombianas y la incorporación del ritmo anfíbraco en la poesía castellana. Este ensayo fue ganador de la publicación en el volumen Innovación en las letras femeninas de Latinoamérica. Por la Facultad de Humanidades Slippery Rock University de Pensilvania y la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Javeriana de Cali.
Biografía de Mary Grueso Romero:
Mary Grueso Romero, una mujer nacida en Guapi, Cauca, en 1947, reside entre Buenaventura y Cali. Su abuelo materno, Martín Romero, un hombre de Guapi, se la llevó a vivir junto a él, desde muy pequeña, porque quería darle a su nieta la mejor formación y educación. Don Martín era un hombre muy rico y como los negros, por lo general, para el imaginario popular, son pobres, a él le inventaron el cuento que había hecho un pacto con el diablo.
Mary Grueso Romero una descendiente de los Griots o sea, de los Juglares africanos:
Para su formación como escritora y poeta fueron muy importantes las canciones que le escuchaba a su mamá, Eustaquia Romero, quien mientras realizaba los quehaceres de la casa recitaba poemas y décimas. Y de sus tíos maternos, Quintiliano y Julio Romero, además, de su abuelo y de su padre, de todos ellos recibió el amor por la palabra, puesto que eran cuenteros. Esta expresión es el equivalente de los “griots” o juglares, que han caracterizado el occidente de África. Entre la gente tonga de Malawi, el papel de los griots, es el de cronistas del parentesco. Ellos construyen información oral acerca de los linajes de los reyes, hasta llegar a los ancestros fundadores de la familia real. (Pág. 221).
Existieron griots mujeres, fueron rezanderas-cantoras, tuvieron la oportunidad de pasar por todas las responsabilidades locales. Para entender que la expresión del griot tiene que ver básicamente con un tipo de comunicación verbal e instrumental, porque allí la tradición oral juega un papel importante en ciertos dominios, concibiendo por ejemplo el testimonio de un griot como poesía, filosofía nativa, recitación y aún como una cosmovisión. (Pág. 229).
Y estos son los ancestros verdaderos de Mary Grueso Romero, ella hace uso de la filosofía afrocolombiana, de su tradición oral para dar testimonio en sus poemas de la situación que vive su comunidad, el dolor de las muertes y de las desapariciones de tantos hombres y mujeres afros, cuando ven bajar por el río los cuerpos, las cabezas, de sus compañeros y quizás vecinos, que han sido desmembrados. Los poemas de Mary Grueso, con su forma y su ritmo le dan calor, es el fuego de la pasión que habita también el currulao. En el poema que leyó nuestra querida Mary, Orishas, ella escucha los ritmos ancestrales, en un rumor de tambores aparece Yemayá, la diosa de los mares, la unge con agua salada y se convierte en diosa, que tiene el poder de la palabra, para viajar en el tiempo.
• 2011 al 2025
Publicación de la Colección Pelito de Chacarrás de Mary Grueso Romero, en nuestro sello Apidama Ediciones:
Apidama Ediciones inicia la publicación de La Colección de Cuentos Ilustrados de Niños Afrocolombianos: Pelito de Chacarrás, de Mary Grueso Romero, en el 2011. La edición de estos cuentos coincide con la Declaración del Decenio Internacional de los Afrodescendientes, 2015-2024. En un país pluriétnico como lo es Colombia, su diversidad se constituye en su mayor fortaleza. Con esta Colección de Cuentos infantiles, Apidama Ediciones le está dando el verdadero valor que poseen las historias de los afrodescendientes, cuyas leyendas y cuentos pueden ser apreciados por niños, niñas y adultos, hoy día, en los 5 diferentes títulos que tenemos en el mercado. De La Muñeca negra ya hemos publicado, 30.000 ejemplares. Mary Grueso Romero, es quien eleva la cultura de su tierra y lleva la palabra negra en su piel, en su frente y en su alma, esta es su fortaleza y su mayor orgullo.

Y desde el momento que ella publica LA MUÑECA NEGRA, se disparan sus ventas y sobre todo los homenajes para Mary Grueso en todo el Valle del Cauca. Y en Buenaventura, donde los niños asimilan los 5 cuentos publicados por Mary con Apidama Ediciones, y en una lectura que hizo nuestra maestra en el Coliseo El Cristal de este puerto, tres mil niños y niñas repetían de memoria cada cuento, al mismo tiempo que ella los leía. Fue apoteósico aquel momento, el cual pone de relieve la importancia de la obra de Mary Grueso Romero para Colombia y para 16 todas las regiones afro, tan olvidadas. Y que por primera vez los niños se veían en sus cuentos, como en un espejo, sus rostros, sus facciones y emocionados el libro se les convierte en un elemento de transformación interior, ahora le podían dar rienda suelta a su imaginario, a sus costumbres y a sus vivencias.
La Oficina en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos conoció el cuento La Muñeca Negra en 2011, en la conmemoración del Año Internacional de los Afrodescendientes, y en ese mismo año descubrió a su autora Mary Grueso Romero, una mujer y escritora afro dedicada a promover su cultura, y a trabajar en contra de la discriminación racial. Esta Oficina decidió realizar una impresión especial de 4000 ejemplares de este cuento en 2012. Y en 2013, otros 3000 ejemplares, con el patrocinio de la Embajada del Canadá, con el fin de distribuirlo entre niños y jóvenes, en escuelas y colegios de todo el país. Querían que este cuento facilitara la comprensión de respetarnos todos y todas como iguales y de acercarse a la riqueza cultural y a la diversidad que tiene Colombia.
Mary es Maestra bachiller de la Escuela Normal Nacional de Guapi (1980). Licenciada en Español y Literatura (1994) y Especialista en Enseñanza de la Literatura de la Universidad del Quindío, Armenia (1999). Especialista en Lúdica y Recreación para el Desarrollo Social y Cultural de la Universidad Los Libertadores de Bogotá (2003) y con otro postgrado en Enseñanza de la Literatura, en la Universidad del Quindío, Armenia (2000).
Y como pronosticó Águeda Pizarro, los Encuentros existen para abrir todo lo que está cerrado a la poesía o a las poetas mujeres.
Dice Octavio Paz que, en tiempos como estos, el otro nombre de la poesía es PERSEVERANCIA y la Perseverancia es promesa de Resurrección.

Antecesores de la poesía de Mary Grueso Romero
Aunque considero que Candelario Obeso (1849-1884), el gran poeta afrocolombiano del siglo XIX, quien establece la calidad del ritmo de los sonidos del tambor afro a los pies de la poesía castellana. En Obeso hay una armonía, un equilibrio entre el fondo y la forma. La afirmación de la dignidad y la humanidad del hombre negro y de la mujer negra, no se pierde en un juego técnico de ritmo, sonoridad e imágenes atrevidas.
También Jorge Artel (1909-1994), su pseudónimo “Agapitos de Arcos”, se apersona de la innovación que lleva en su sangre afro y en su intención poética, y le entrega una nueva visión al mundo poético castellano en el Siglo XX.
Manuel Zapata Olivella (1920-2004) nacido en Lorica, Córdoba, es otro hito importante. Para Eleonora Melani, filóloga de la Universidad de Florencia Italia: Manuel Zapata Olivella fue el primer novelista que exaltó “el ser afrocolombiano” en muchas de sus obras. Su interés se dirige sobre todo hacia el tema de la opresión de los negros y la cultura de los afrocolombianos, argumentos de sus estudios demo-etno- antropológicos. En la trama de sus novelas está presente una denuncia social y realista de la marginación y también una visión mitológica, fuera de la realidad, que parece remontarse a la seductora magia de África.
Helcías Martán Góngora, nacido en Guapí, Cauca (1920-1984). El poeta caucano, conocido como el “Poeta del mar”, decía: «Nací a ocho kilómetros de la desembocadura del río Guapi, en el Mar del Sur. La población negra me infundió, conjuntamente con el ritmo de las mareas, el sentido de la justicia social. De allí que mis poemas no puedan renunciar al acompañamiento táctico de marimba y tambor y que pregone en otros, el pregón del esclavo de ayer y de hoy».
Y no podía faltar Teresa Martínez de Varela, nacida en Quibdó en 1924, fue una de las primeras mujeres afrodescendientes en publicar obras literarias, conocida como ‘Lisa de Andráfueda’. Polifacética, madre de seis hijos entre ellos Jairo Varela, creador del grupo Niche, poeta, institutora folclórica, novelista. Su primera novela, ‘Guerra y amor’, publicada en 1947; musicóloga, dramaturga, escribió ‘El Nueve de abril’, declamadora, pintora, escritora, líder social e investigadora. Una mujer considerada muy adelantada para su época, era vital, locuaz, enérgica, emprendedora. Hoy en día es considerada como la pionera de la incorporación de la identidad africana al panorama literario del país, y como la intelectual más importante de su época.
Guiomar Cuesta Escobar Miembro de Número de la Academia Colombiana de la Lengua Bogotá, 7 de julio de 2025.